Suegra a 11.000 kilómetros
Hola, soy Carmen. Soy Madrileña y hace poco que vivo en Santiago de Chile, a 11.000 kilómetros de Madrid, ciudad en la que nací y en la que reside mi suegra. Me siento afortunada porque por fin he conseguido que deje de darnos problemas. Era una tortura tenerla cerca porque es una pobre infeliz, inculta, paleta, etc.. que lo único que tiene es un complejo de inferioridad que le obliga a llamar la atención en todo momento y a hacer cosas como marearse, vomitar y decir que tiene todo tipo de enfermedades solo para que su marido y su hijo estén pendientes de ella. Al principio nos llevábamos bien pero todo cambió cuando su hijo y yo nos fuimos a vivir juntos; empezó a meter su nariz en asuntos que no le interesaban. Intentaba controlar mi casa y cómo hacíamos nuestra vida. Los fines de semana eran un peñazo porque les teníamos de visita en casa o el sábado a las 10 de la mañana o el domingo a las 9 de la noche (ninguna de las dos horas me parece momento de visitas). Pusieron a su hijo en